La verdad oculta sobre Plegaria De La Noche

plegaria de la noche

Eres un enorme Padre y te solicito en el nombre de tu hijo Jesús jamás me dejes. Dios Padre todopoderoso, hoy quiero ofrecerte gracias pues me has dado el obsequio de un fantástico día. Gracias, mi Señor por la gente que colocaste en mi camino. Confiado en tu amor y a sabiendas de que en tu maravilloso nombre nada ha de faltarme. Lori destacó además que “en ese momento de confianza y amor, puedo también serenamente examinar mi conciencia”.

Por mantener a mi familia unida y siempre y en todo momento feliz. Amado Padre, que eres la luz de la noche, permite que, a lo largo de esta noche, nos encontremos exentos de algún culpa. Y que sea tu presencia, y mágica compañía la que vele por nuestro sueño. Dándonos la seguridad y protección, para descansar.

¿cuál Es La Oración De La Noche?

Aceptamos lo bueno y lo malo, y no regocijamos en Dios. Tal como nuestro primer pensamiento del día debe ser para Dios, también debe serlo el último. No se te pase jamás por alto la oración de la noche, antes de acostarte. Una manera de comunicarnos con Dios es por medio de la oración y en la mayoría de los casos a lo largo del día estamos ocupados en nuestras actividades propias de cualquier persona, en la mañana o en la noche que poseemos más tiempo para conectarnos con él.

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¿ Por Qué Es Importante Una Oración Católica Antes De Reposar?

Amado padre, cuando se encuentra todo en silencio y tranquilidad, elevo hasta ti mi oración, para entregarte mi fe y mi amor. Además, hago el depósito en tus manos, de la pelea y la fatiga. Tal como también, de las alegrías y las penas, que se han quedado en este día.

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En el momento en que sintamos que tambaleamos, recemos el credo, y recordemos que él nunca nos abandona, que es omnipotente y omnipresente, que es el espíritu santo, y que su amor está siempre y en todo momento, y que en cualquier momento escucha nuestras oraciones. La oración es el arma más fuerte que poseemos los cristianos. Ha de estar que se encuentra en todos los momentos de nuestra vida, ya que es la única que nos deja tener una angosta relación con Dios.

Pues solo tú sabes obrar en mi vida de formas inimaginables, solo tu Señor tienes el control. Te solicito Señor me disculpes si con mis actos hoy te he insultado u ofendí a mi prójimo. Te suplico me des algo de esa bondad que hay en tu corazón. Para ser una mejor persona y actuar conforme a tu voluntad. Gracias, Madre por ser mi amparo y mi socorro en instantes de gran dificultad.

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Debemos ser muy agradecidos siempre y cuando pidamos, ya que verán nuestro buen corazón. No debemos olvidar que la palabra de Dios nos comunica que demos para recibir. Con seguridad recurro a ti para solicitarte tu protección y bendición.

Señor y Justo Juez y no dejes que en mañana el pecado vuelva a ingresar en mi vida. Con esta humilde oración, deseo ofrecerte las gracias en esta noche por todas las bendiciones que me has dado. Algo que todo católico debe hacer en el momento en que acaba su día es orar, puesto que las oraciones permiten pedir perdón por todos y cada uno de los pecados que se cometieron durante el transcurso del día, así como agradecer por el don de la vida que Dios te ha regalado. Es importante que al momento de rezar, lo hagamos con paz en nuestros corazones y nuestras plegarias sean sinceras, ya que de ello va a depender que nuestros rezos lleguen al cielo y sean escuchados por Dios.

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Gracias por el hecho de que he podido sentir tu presencia a lo largo de todo este día; gracias, porque a pesar de todas y cada una de las situaciones que he podido experimentar hoy, sé que andas conmigo y nunca me abandonas, ni me dejas solo, aunque a veces yo de esta forma pueda pensarlo. Te doy gracias, Padre celestial, a través de Jesucristo, tu amado Hijo, porque me has protegido benignamente en este día, y te ruego que me disculpes todos los errores que he cometido, y me almacenes benignamente en esta noche. En tus manos encomiendo mi cuerpo, mi alma, y todo lo que es mío. Tu santo ángel me acompañe, a fin de que el maligno no tenga ningún poder sobre mí. Y después dirígete con gozo a tu tarea entonando quizás un himno, por poner un ejemplo sobre los Diez Mandamientos, o lo que tu corazón te dicte. Te doy gracias, Padre celestial, por medio de Jesucristo, tu amado Hijo, porque me has protegido a lo largo de esta noche de todo mal y peligro, y te suplico que asimismo a lo largo de este día me guardes de pecados y de todo mal, a fin de que te agrade todo mi obrar y vivir.

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