Libros Sapienciales Y Poéticos

las bendiciones de dios no añaden tristeza

Si el Señor, el Grande, lo quiere, | se llenará de espíritu de sabiduría; | derramará como lluvia sabias expresiones | y en la oración va a dar merced al Señor. La alegría de corazón es vida para el hombre, | y la alegría le alarga los días. Mujer valerosa es la alegría de su marido, | él vivirá en paz todos los años de su vida. No des salida al agua, | ni libertad de palabra a la mujer maligna. La sabiduría hace su propia alabanza, | encuentra su honor en Dios | y se gloría en la mitad de su pueblo. La explicación del necio es como fardo en el camino, | pero en los labios del inteligente se encuentra la gracia.

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Nuestra Fuerza Humana En El Obrar De Dios

Como caminante sediento, ella abre la boca | y bebe de cualquier agua que encuentra; | se sienta frente a cualquier tienda | y abre su aljaba a cualquier flecha. Yugo de bueyes mal configurado es la mujer malvada; | querer dominarla es como agarrar un escorpión. Por la mujer comenzó el pecado, | y por su culpa todos morimos.

Sé como un padre para los huérfanos | y como un marido para su madre. | De esta forma serás como un hijo del Altísimo, | y él te amará más que tu madre. Inclina tu oído hacia el pobre, | y respóndele con suaves palabras de paz. El agua apaga el fuego candente, | y la limosna disculpa los pecados. Un corazón sensato medita los proverbios, | un oído atento es el deseo del sabio.

El Cariño Busca La Bendición De Dios

No repudies a una mujer sabia y buena, | ya que su gracia vale más que el oro. No hables demasiado en la asamblea de ancianos, | ni repitas las expresiones en tu oración. No solicites al Señor el poder, | ni al rey un puesto de honor. Reflexiona sobre los preceptos del Señor | y medita siempre sus ordenes. | Él mismo robustecerá tu corazón, | y te va a ser concedida la sabiduría que quieres. Si ves a un hombre sensato, madruga en su busca, | y que tus pies desgasten el umbral de su puerta.

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Lo importante para vivir es agua, pan, vestido | y una vivienda para resguardarse. Por amor a la ley, acoge al indigente, | y según su necesidad no lo despidas con las manos vacías. Balanza y pesos para tus expresiones, | puerta y cerrojo para tu boca.

Regístrese y disfrute gratis de Scribd durante 30 días por descargar este archivo y acceda a la biblioteca digital más grande del mundo. Proceder a la Biblia para entender la intención de Dios, reside en la búsqueda de Su consejo. Dios nos garantiza el éxito mientras que nos mantengamos alerta a las advertencias que nos hace a través de su palabra. Estas son malas novedades para la gente malvadas. Salomón está explicando principios sencillos.

Solo nos queda volver a encomendarte a toda la Iglesia, todas nuestras necesidades y deseos, nuestra vida y nuestra muerte. Concédenos, amada Santa, conoceros y amaros a ti y a tu Sagrada Familia, medrar en este santurrón amor y tenerte grabada en medio de nuestro corazón; quererte en el tiempo y en la eternidad. Entonces él bajaba y elevaba las manos | sobre toda la reunión de los hijos de Israel, | para vocalizar con sus labios la bendición del Señor | y tener el honor de invocar su nombre. También Jeroboán, hijo de Nabat, hizo pecar a Israel | y también señaló a Efraín el camino del pecado.

• Las expresiones del piadoso rezuman sabiduría, | pero el insensato cambia como la luna.

Las naciones charlarán de su sabiduría, | y la asamblea proclamará su alabanza. No son capaces de instruir ni de juzgar, | ni figuran entre los autores de proverbios. | Pero ellos aseguran el desempeño del mundo | y su preocupación está en las tareas de su oficio. Pero no se les busca para el consejo del pueblo, | ni ocupan puestos de honor en la asamblea. | No se sientan en el sitial del juez, | ni comprenden las disposiciones del derecho. La sabiduría del escriba se adquiere en los ratos de ocio, | el que se libera de los negocios se va a hacer sabio.

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Cuando el rico se tambalea, sus amigos lo sostienen, | pero en el momento en que el humilde cae, sus amigos lo rechazan. El soberbio detesta la humildad, | y de este modo el rico aborrece al pobre. Todo animal quiere a su similar, | y todo hombre a su prójimo. No pretendas hablar con él de igual a igual, | ni te fíes de sus muchas palabras, | pues con su palabrería te pondrá a prueba | y sonriendo te examinará. El rico ofende y encima se irrita, | el pobre es ofendido y encima se excusa. Lo mismo le ocurre al que anda con el pecador | y se enmaraña con sus errores.

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